domingo, 13 de julio de 2008

Maldita panda de apestados

Os odio y me gustaría veros muertos, a ser posible por mi mano. Sí, os hablo a vosotros, escoria de las nuevas y viejas generaciones, a todos vosotros que habéis olvidado el fondo y abrazáis formas vacías. Os dirijo esta proclama, emos; bakalas y canis; falsos rockers, heavies y góticos; narutards; izquierdosos y derechosos de boquilla; productos del fenómeno fan; telecasposos chupadores del bote; robots manufacturados en las aulas de nuestro deficiente sistema de educación; vándalos y rebeldes ya no sin causa sino sin cerebro. A vosotros y a todos los que como vosotros, heces fecales, han olvidado que un estilo de vida es abrazar un ideal y vivir en consecuencia, no vestir de determinada manera y cacarear una y otra vez las mismas consignas que os dictan vuestros amos mediáticos ocultos. No sois cultura, sois una llaga ulcerosa en la piel de nuestros días. Os contaré con todo detalle qué clase de arcadas me provoca vuestra infecta presencia, pero estad tranquilos, soy un hombre justo: también os contaré por qué os lo merecéis.

Os odio. Os odio muchísimo. Os odio porque camináis por el mundo deslumbrando con vuestras galas exteriores, que no envuelven más que una negrura infinita. Porque creéis a pies juntillas que cuatro accesorios mal contados y una pequeña filia que ni siquiera os molestáis en alimentar con conocimientos sobre la materia misma os sirven para ser diferentes. Tontos, os la han metido doblada. No hay nada más homogéneo que varios grupos de personas que, intentando distinguirse unas de otras, comparten en común su supina ignorancia. Vuestra teatralidad y fingida radicalidad de miras son la prueba más fehaciente. Carecéis de pasiones, de ideas propias. Pasáis por moldes de diferentes formas, pero hechos por el mismo fabricante.

Os odio porque os temo. Porque cada vez sois mas, y os estáis convirtiendo en la norma. Porque así ganaréis la guerra de la forma más vieja que conoce el hombre, gracias a una aplastante superioridad numérica. Porque el tiempo os aupará al estatus de estándar imperante, y seréis el ejemplo a seguir cuando sois a todas luces la mierda que evitar. Porque sois fácilmente imitables, y seguiros supone la dulce y falsa felicidad del ignorante. Porque sois jodidamente tentadores, carajo, y con vuestra mentalidad de colmena y vuestra amistad y camaradería de medio pelo desviáis de su propio camino (el único digno que cualquier persona puede recorrer) a gentes con potencial, para hacer de ellos clones de vuestra vácua forma común. Porque sois criminales sociales, y nada más.

Os temo porque no os comprendo. No me cabéis en la cabeza, no encuentro una explicación racional a vuestra actitud, ni siquiera al por qué mismo de vuestra existencia. Quizá sea porque afrentáis mi visión del mundo, y aquí reconozco humildemente que no soy quién para decir que puede explicarlo todo y tener todos los triunfos, o quizá porque no os conozco lo suficiente, en cuyo caso estoy haciendo el tonto hablando sobre algo de lo que no tengo una idea debidamente formada. Eso me hace tocar fondo, sí, como todo odio, pero quiero pensar que no estoy en el mismo abismo que vosotros.

Y es que, aunque pueda acusárseme de miles de cargos, y ahora mismo me declaro culpable del de ira homicida, creo que hay uno del que me libro: no haber elegido y abrazado mis propios ideales. Puedo decir bien alto que soy una persona extraña y singular, me enorgullezco de ello y acepto tanto las mieles como las maldiciones que ello provoca. ¿Podéis decir lo mismo?

Bien, ya está, más o menos. Podéis empezar a despotricar contra mí y a llamarme de todo, al fin y al cabo yo también he hecho lo propio y he de decir que es relajante de la hostia. Cuando os hayáis quedado a gusto, intentad hacer un esfuerzo reflexivo, por débil que sea, por primera vez en vuestras patéticas existencias, y meditad esto: “quien es auténtico, lo será por siempre, y aunque tenga que arrepentirse de ello”. Igualadlo, venga, os reto una y mil veces.

Si llegáis a una conclusión, a CUALQUIER conclusión, quizá siga habiendo esperanza para vosotros.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que afrontarlo, las tribus urbanas han perdido su esencia. Se han mezclado perdiendo lo que las hacía únicas y sin ganar ningún elemento nuevo o diferenciador. La revolución que significó el rock ha sido asimilada por la sociedad y ha perdido su carácter transgresor y rebelde, perdiendo todo su sentido (a excepción claro del puramente musical). A raíz de esto se ha producido una inversión de los valores, ahora ya no es el rocker, heavy, gótico o punk el verdaderamente rebelde, sino el dandy. El dandysmo, la búsqueda de lo bello en una sociedad vulgar, es la única forma de rebeldía y modo de vivir transgresor que queda hoy en día.

Anónimo dijo...

Ey tio, ayer no estaba, siempre te conectas 10 minutos despues de haberme ido. Y ahora, al tema:
xDDDDD GRAN LOL xD que bueno, una de las mejores entradas sin duda xDDD pero hey, amén a eso, tienes razón de la primera a la última línea (por desgracia)... Es algo más que evidente, y más para alguien como yo (y como tú imagino) que siempre esta rodeado de ese tipo de gente, y sinceramente, hay pocas cosas más patéticas; siempre lo he dicho, queda poca gente con personalidad, gente a la que te puedas dirigir como una persona en singular, y no como parte de otro gran ente con el que comparta todo lo que se pueda compartir, de la forma de vestir a la forma de pensar (pensar o lo que hagan, vamos). Y lo peor es el temor que la gente le tiene a eso; encontrarás pocos jovenes que vayan a decir abiertamente que les gusta la música clásica, y no hace falta ser muy listo para ver que no son tan pocos (Y si no, el 90% dirán que no les gusta, o porque no le han dado una oportunidad o porque lo han hecho bajo esa presión y con la mente cerrada, con la idea de que no les gustará ya en mente; pura ignorancia de nuevo). Y como esto podría poner mil ejemplos o escribir mil páginas, pero resumiendo, que comparto completamente tu odio hacia toda esa gente, o hacia ese único ente que van formando, lo que sea, hay pocas cosas que me den más rabia que eso.

Bettie dijo...

Pues sí, pues sí, son pequeñas - grandes tribus de insectos. A veces, cuando pasaba los viernes por el parque del Hospital, en Guillem de Castro, tenía que esforzarme para no vomitar.

Las Gothic Lolita "osea" como yo las llamo, son lo más. Y no hablemos de emos y de demás gente.

Lo más chuli es que te pones a hablar con ellos de cualquier cosa: música, ideología, películas , etc... que se supone que deberían conocer, y NO TIENEN NI IDEA, y además, si les llevas la contraria te replican con un : bah... tu eres una pija... con esas pintas...

en fin.


Un saludo

Anónimo dijo...

Cuidado que la ira es un pecado capital.
Pero dicen que sentir un odio profundo es una marca de una extrema sensibilidad.
Haremos más caso de la psicología que de la teología, ¿no? xDD

Respecto al tema, a mí realmente no me importa esta gentecilla, al fin y al cabo son maneras de ver la vida y de integrarse en el mundo. Siempre habrá gente con problemas de integración, no sé.
Quizá lo hacemos más grande de lo que es, aunque la imagen que recibimos de ellos es simplemente absurda, y lo demás no me importa.

Anónimo dijo...

La verdad es que las generaciones venideras cada vez son peores... y lo son más pronto. Por cada excepción buena que encuentras, hay 10 casos totalmente perdidos. Y bueno, si sólo fueran los jóvenes... somos un país de cafres.

No hay nada más triste que tunearse el coche y luego ir todos vestidos con chandal y teñidos de rubio, andando como si fueran a retarse a un duelo a la puerta del cementerio, saludándose a gritos o directamente con rebuznos y/o eructos.

Hay quien dice que es culpa de los padres, de la educación, de la sociedad, de los americanos, de los medios de comunicación... que sé yo, eso daría para otra entrada... estamos atrapados en un gigantesco "todo vale" y en un "carpe diem" fatalmente entendido.

Mi vena más racional piensa en integración, paciencia, oportunidades... la que es menos racional (mi cara desfigurada de Harvey Dent) tiene ideas como mandarlos a picar piedra o resucitar una buena costumbre perdida: las hogueras públicas de la inquisición.

He dicho.

P.D: Qué BIEN se queda uno después de una dosis de ira controlada.

Anónimo dijo...

Lo conseguí!
E estado intentando enconrar un argumento valido para refutarte y seguir asi la discusion, pero lo cierto es que tienes muchisima razon, solo me quedan dos cosas que decir:
Que no hay que despreciar tan facilmente a los demas
Que busquemos dentro de nosotros los mismos fallos que criticamos para no caer en ellos, y comportarnos siempre con humildad.
Nuestro mundo no tiene moral alguna, pero nosotros debemos tenerla.
Un abrazo clon mio, clon tuyo

Skale dijo...

a mí también, fin del comunicado.